
Aunque gana la embarazada (en puntos de dar lástima), ya somos dos miembras de la familia que padecemos este mal doloroso, que en vista de la propagación va acercándose a la cateoría de pandemia altamente contagiosa. Los expertos lo califican como "una rotura de las fibras musculares". La causa no puede ser otra: pasarse las Navidades tosiendo. En cuanto al tratamiento, es obvio: reposo, muuuucho rebeposo.
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