miércoles, 22 de agosto de 2007

Tenguins, faltins: lugares decepcionantes visitados

Aparece hoy en la prensa: "La pregunta a los encuestados (ingleses) era qué lugar turístico muy popular no había cumplido sus expectativas, no lograba ofrecer el atractivo que se esperaban o no cumplía con las maravillas que otros les habían explicado. En la propia Inglaterra, fueron las ruinas de Stonehenge que más decepcionaron, mientras que en el extranjero París se llevó la peor parte."

Por orden:
1. La Torre Eiffel (París)
2. El cuadro de Mona Lisa (París)
3. Times Square (Nueva York)
4. La Rambla (Barcelona)
5. La estatua de Libertad (Nueva York)
6. Las escaleras de la plaza de España (Roma)
7. La Casa Blanca (Washington)
8. Las pirámides de Egipto (El Cairo)
9. La puerta de Brandenburgo de (Berlín)
10 La torre de Pisa (idem).

Por mi parte... tenguins (1, 2, 4, 6, 8) y añadiría como decepcionante la audioguía que explica (juajua) el interior del Mont Sant Michel.

2 comentarios:

rebeca dijo...

Yo también conozco todas esas y pienso que son decepcionantes, teniendo en cuenta que los comentarios que recibí previamente fueron expectaculares. Excepto Las Ramblas, que para mi es una calle llena de gente que no me permite llegar a mi destino sin dar codazos.

Otra decepción?... El parque de Ordino.

Vivi dijo...

LAS RAMBLAS AL RESCATE

Como el buen fotógrafo busca la luz y el ángulo perfecto para conseguir que el objetivo de su cámara capte esa instantánea que emocione o asombre y merezca ser admirada, Las Ramblas han de ser contempladas de igual manera. Con una luz especial y con cierta perspectiva.
Yo no he tenido la suerte de conocer otras maravillas, aunque sea para hablar de fallidas expectativas, y me niego a meter en ese saco Las Ramblas, porque las conozco bien…

Para verlas lucir en todo su esplendor, lo primero que hay que hacer es madrugar (7,30 de la mañana), mientras amanece. Preferiblemente en primavera u otoño y comenzando desde Plaza Catalunya e ir bajando hasta Colón.

Disfruta ese momento porque unas horas después, lo que le ocurra será lo que todo el mundo ve; bullicio, folkore, incomodidad… Las Ramblas desaparecen tragadas por una gran marea humana que oculta su esencia. Eso es lo que exportamos y tanto nos disgusta

La perspectiva de este paseo a esas horas tempranas de la mañana, es especial y única:

El suelo impoluto y brillante, recién regado y las farolas con su luz amarillenta reflejándose en él, lo mismo que las luces de neón de los quioscos de prensa.
Caminar aspirando el intenso olor de tinta fresca en los periódicos y el papel cuché de las revistas, mezclándose más adelante con el tenue aroma de las flores que duermen en los puestos cerrados a modo de invernaderos. Ver y oír el bullicio de La Boquería… Poner tus pies en el mosaico de Miró. Pasar junto a las mesas y sillas de las terrazas recogidas y apresadas por gruesas cadenas y sólidos candados…

Así hay que conocer Las Ramblas.

En un impulso, como hice yo, a pesar del madrugón, si eres mujer, has de maquillarte, peinarte… ir vestida de negro y rojo y con zapatos de tacón. Comenzar a caminar y que tus pasos en Las Ramblas se oigan tan fuertes que te parezca perturbar su tan escaso y merecido descanso.
El propósito es hacer el recorrido escuchando cierta música, por lo que te colocaras los auriculares y en el Ipod buscaras: Puccini… Turandot… y oirás a José Carreras cantando… a todo volumen, mientras te acercas al Liceo.
Notarás como Las Ramblas te ofrecen su quietud, como se ensanchan para ti. Llegaras bajo el reloj que cuelga cerca de la taquilla del Museo de Cera. Elevarás los ojos y con un poco de suerte, verás amanecer a Colón meciéndose en un mar de nubes rosadas, presagio de un día radiante.
Si además tienes la doble suerte que bajo el reloj te espera alguien especial, volverás sobre tus pasos e iréis a desayunar al Café de la Opera que ya habrá abierto sus puertas y mientras camináis, sentirás como el paseo, es barrido por esa bendita luz mediterránea. Luego más tarde, huye de allí. Las Ramblas ya, no te pertenecerán…